La mamá de la artista

Crear una cuenta
Iniciar sesiónLa mamá de la artista
Es posible que el nombre de Carmen Cervera Álvarez (o Fernández de la Guerra, como prefería aparecer en la prensa) no sea tan conocido como el de su hija, Tita Thyssen, lo cual es una injusticia porque el personaje mediático en el que se convirtió la actual baronesa nació, creció y fue alimentado por obra y gracia de esta madre-manager.
La Carmen Cervera original, nacida en Madrid y casada a los 18 años con un barcelonés llamado Enrique Cervera Anfruns era una mujer guapa, con carácter y una visión clara de cómo quería que fuera la vida de su única hija: completamente opuesta a la suya. La propia Tita Thyssen confesó a la Periodista Rosa Villacastín en una entrevista que su madre había sido una persona «vital» en su vida y que de ella había aprendido todas las lecciones, incluida la más importante: antes muerta que sencilla.
A la madre de Tita Thyssen le gustaba decir en sus encuentros con la prensa que ella hubiera sido una gran cantante de ópera, pero que su familia y las imposiciones de la época le cortaron las alas. Cuesta creer que alguien pudiera imponer su voluntad a Carmen Cervera Álvarez cuando repasando su biografía aparecen detalles como que dejó a su marido, cuando el divorcio aún no era legal en España, para instalarse junto a sus dos hijos, Carmen y Guillermo, en el barrio más caro de la Barcelona del momento.
En aquella época Carmen Cervera se dedicó a fraguar los planes para su hija, a la que envió interna a los mejores colegios de Madrid, Barcelona y Londres, adoctrinó para que fuera políglota y enseñó todos sus trucos de belleza. También fue el momento de forjar vínculos con la alta sociedad y aprovechar la ocasión para hacer valer ante el mundo su mejor baza: la belleza innata de su hija.
Fue idea de Carmen Cervera senior que su hija, aún menor de edad, se presentara al certamen de Miss Barcelona, que por supuesto ganó. También fue la progenitora de la baronesa quien acudió ocho veces a la redacción del periódico La Vanguardia para convencer al mejor periodista de entrevistas de la época para que entrevistara a la aspirante a Miss España. Lo consiguió.
Durante la etapa juvenil de Tita, en la que pasaba de un certamen de belleza a otro, Carmen estuvo siempre a su lado, ayudando, apoyando y, sobre todo, vigilando. El fotógrafo César Lucas, que conoció a Tita justo en su presentación como candidata para Miss España, recordaba para Teo Lozano y Goya Ruiz, autores de «Carmen Cervera, La baronesa», que la madre-manager era un duro contrincante a batir.
«La madre estaba pendiente en todo momento de la niña. Controlaba con quién hablaba, quién la acompañaba. Era la gran directora, la gran gerente, la cabeza pensante que le decía por dónde debía ir y quién le convenía», explica el fotógrafo. Pero los amores de Tita darían al traste con este fenómeno Pigmalión.
Fue al intentar controlar la vida amorosa de su hija cuando Carmen chocó contra un muro. Y no fue porque no intentara conseguir el mejor partido para Tita. Su primer movimiento estratégico fue conseguir que un multimillonario argentino afincado en Suiza y completamente colado por su Tita la contratara como institutriz de sus hijos por un sueldo de dos millones de pesetas al año.
Cuando el plan no acabó en boda, como deseaba la madre, pero sí en denuncia, porque el millonario quería que le devolvieran el costoso anillo de compromiso que le había regalado a la joven, Carmen buscó el siguiente objetivo amoroso para Tita. Lo encontró poco tiempo después en el aeropuerto. Fue ella quien motivó a su hija para que en la sala de espera de un vuelo a Suiza Tita le pidiera un autógrafo a Lex Barker, el actor hollywoodiense que acabaría convertido en el primer marido de la baronesa.
Aunque este matrimonio con alguien muy bien posicionado en mundo del lujo y la farándula podría haber sido a priori del agrado de la suegra, enseguida partió peras con su yerno americano. Quizá fue esa mala relación la que le llevó a la madre de la baronesa a preguntar en una cena a Ketty Kauffman, también en proceso de divorcio, qué había que hacer «para sacarle a un norteamericano la mayor cantidad posible de dinero en una separación».
Los consejos de Ketty no hicieron falta porque Lex Baker murió súbitamente dejando a Tita viuda, joven, rica y libre. Tanto que su siguiente amorío, con el playboy y productor venezolano Espartaco Santoni, fue un acto de rebeldía y el toque de gracia al plan maestro de su madre, que consideraba que el protagonista de la siguiente boda de Tita debía ser el todopoderoso productor americano Kirk Kerkorian.
Aunque Tita afirmaba en la prensa que Espartaco era todo valentía por «cargar» con dos viudas, ella y su madre, Carmen madre no lo veía de la misma manera. Fue a la boda y a la primera parada de la luna de miel de los enamorados, pero en ningún momento tragó a Santoni que le acabó dando la razón al huir de la justicia y de Tita e instalarse en Venezuela.
La llegada de dos hombres a su vida, su nieto Borja y el barón Thyssen, compensarían a la vigilante madre de sobra el hecho de que un playboy hubiera dinamitado los planes de éxito que siempre tuvo para su hija. Borja la colmó de alegría como abuela y el barón era el yerno que siempre había soñado para Tita.
Es «el partido ideal con el que pudiera soñar cualquier mujer, y esa suerte le tocó a mi hija», afirmaba en una entrevista a la revista Lecturas. «Heinrich es un sol. Pese a ser tan rico y poderoso -piensen que el puerto de Rotterdam es suyo y tiene en plantilla más de 30.000 empleados-, es uno de los hombres más humildes que he conocido». Al final de todo, la madre de la artista se salió con la suya.
HORÓSCOPO
Como signo de Aire, los Geminis son sociables cariñosos y divertidos. Son buenos conversadores y tenaces en sus planes y objetivos, con un punto de despiste. Pero, por la dualidad de su origen zodiacal, también pueden ponerse intensos de repente y obsesionarse con racionalizar todo lo que les rodea.