Por qué la infanta Cristina se lo perdona todo a Iñaki Urdangarin: infidelidad, entrevista y, ahora, memorias

No hay paz para la familia Borbón, un clan en el que por unas razones u otras reina la preocupación. En la historia reciente de la familia del Rey, no conocemos mes en el que alguno de sus miembros no haya dado quebraderos de cabeza por acción u omisión. El clan Urdangarin Borbón, de hecho, se lleva la palma en este sentido, también porque es el más numeroso. La infanta Cristina no solo cuida de los destinos de sus cuatro hijos. También sigue velando por su ex, Iñaki Urdangarin.

Conocemos sobradamente la historia de amor, tragedia carcelaria y escandaloso desenlace de esta pareja de guapos. Representaron el sueño olímpico más romántico y fueron el vivo retrato de una felicísima familia, hasta que un escándalo de corrupción llevó a Iñaki Urdangarin a la cárcel. Y, más tarde, a los brazos de Ainhoa Armentia. La ruptura y posterior divorcio fue especialmente dramática, por precipitarse tras aparecer la pareja en la portada de una revista. El disgusto de la infanta Cristina debió ser máximo.

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Desde entonces, la relación entre Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina ha sido objeto de todo tipo de fabulaciones, suposiciones y filtraciones. Lógicamente, habría una primera etapa en la que ella estaría dolida y pusiera distancia. Sin embargo, las tres décadas de matrimonio y los hijos en común suelen reconducir las relaciones hacia una cordialidad. Aún así, la nueva vida del ex duque de Palma, en Vitoria y con Armentia, y la residencia en Ginebra de la hermana del Rey es suficientemente expresiva.

En los últimos meses, nuevos movimientos de los protagonistas de esta historia han aportado nuevos detalles sorprendentes. El más extraordinario, desvelado el pasado marzo por 'El Cierre Digital', sostiene que Iñaki Urdangarin y el rey Juan Carlos han concertado citas en Ginebra con posterioridad al divorcio, firmado en enero de 2024 por intermediación precisamente del emérito. Se atribuyó a «fuentes cercanas al entorno monárquico» que «ambos se están convirtiendo en grandes amigos».

Otro detalles inesperado: el pasado mes de mayo, Vanitatis desveló que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se habrían encontrado en persona, cara a cara, en el piso de Barcelona de su hijo Pablo, precisamente para celebrar su renovación en el club de balonmano Granollers. Después de tantísimos meses de separación y hielo, tras una infidelidad y humillación pública (con episodios tan lamentables como el del chalet de Baqueira), este borrón y cuenta nueva era del todo impensable.

Nos quedaba, sin embargo, otra noticia de impacto para terminar de caer en un estado de perplejidad total. La dio la periodista y novelista Pilar Eyre la semana pasada: Iñaki Urdangarin ha firmado la publicación de unas memorias que se publicarán en 2026. Más aún: el ex marido de la infanta Cristina va a escribir acerca de los años en los que formó parte de la familia real sin evitar el caso Nóos y, atención, su decepción con el trato que recibió por parte del rey emérito Juan Carlos. «Me sacrificó, me dejó caer», atribuyen a Urdangarin. ¿Pero no se había asegurado que tramaban una entrañable amistad?

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Indefectiblemente, la información de Eyre ha provocado revuelo en la crónica social y los alrededores de la Zarzuela, ahora alerta ante un posible esclarecimiento de la intrahistoria que llevó a un olímpico a montar un entramado corrupto. Un comportamiento delictivo que, reconozcámoslo, pone en entredicho el emprendimiento que ha anunciado con una entrevista en La Vanguardia: un servicio de coaching para el crecimiento personal, deportivo y empresarial. Quizá solo unas memorias puedan poner fin a un descrédito que complica su vuelta al mundo laboral.

Sea como fuere, no es la irrupción de la amenaza de unas memorias lo que más ha epatado a los que seguimos al minuto la actualidad acerca de la familia real y alrededores. Eyre revela algo más acerca de la relación real entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin que nos han sorprendido aún más. Según la experta en Casa Real, la ex duquesa de Palma «tiene conocimiento de las memorias y, aunque no haya intervenido en ellas, le apoya y ayuda porque, en cierta manera, lo compadece».

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Si damos credibilidad a Pilar Eyre, esta sería la relación real entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin: ella se lo ha perdonado todo a él y, de hecho, le compadece, también por los largos años que pasó en una pequeña celda de la prisión de Brieva, prácticamente sin más contacto que con los funcionarios y las visitas. La periodista explica que la actitud de la infanta con su ex tiene también mucho que ver con su fe. «Porque es una católica consecuente y tiene una fe inquebrantable, no solo en Dios, sino en los seres humanos y, además, y sobre todo, Iñaki es el padre de sus hijos».

Así están, aparentemente, las cosas. En este momento, la infanta Cristina y sus hijos alienta y apoyan tanto el nuevo emprendimiento de Iñaki Urdangarin, ese servicio de coaching, como su intención de contar sus años en la familia real, incluida su decepción con el rey Juan Carlos y, por descontado, con los reyes Felipe y Letizia. Ni siquiera le importa que su ex, por contrato, deba conceder entrevistas de promoción, quizá alguna en televisión. Lo dicho: no hay ni paz ni tregua en la familia Borbón.

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