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Hay una frase que circula mucho en redes estos días: « Feliz Día de la Mujer». Y aunque las intenciones suelen ser buenas, la realidad es que el 8 de marzo no es una celebración, sino una jornada de reflexión y de reivindicación. No se trata de flores ni descuentos en tiendas, sino de recordar que aún hay muchos derechos de niñas y mujeres que visibilizar y que ejercer.
Trabajo en Ayuda en Acción en Mozambique coordinando, entre otros, proyectos de educación para niñas, y cada día veo de primera mano lo que significa crecer mujer en un mundo que no está diseñado para nosotras. En las comunidades donde trabajamos, muchas niñas abandonan la escuela antes de los 12 años porque deben casarse o encargarse del hogar. La economía del cuidado sigue recayendo sobre sus espaldas, al igual que en tantos otros países, incluyendo el nuestro.
Según la ONU, las mujeres realizan al menos 2,5 veces más trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres en el mundo, lo que tiene un impacto directo en sus oportunidades de educación, empleo y bienestar. Por tanto, tienen menos tiempo de dedicar al trabajo remunerado o trabajan más horas, combinando trabajos remunerados con otros que no lo son.
Esto, además, teniendo en cuenta que el acceso al trabajo remunerado depende, en gran medida, de que ellas puedan continuar sus estudios y que puedan romper con la idea aún muy presente en muchas partes del mundo de que el hombre es quien debe llevar el dinero a las familias.
Las mujeres y niñas también son las más afectadas por la inseguridad alimentaria. En algunas regiones, la brecha de seguridad alimentaria entre hombres y mujeres puede llegar a ser de hasta 19 puntos porcentuales, según el Global Hunger Index.
Esto deriva de contextos donde son los hombres quienes deciden sobre los gastos familiares, sobre lo que se cultiva, sobre lo que se come o, incluso, sobre quién come primero dentro de un hogar. Esta situación es aún más crítica en países afectados por conflictos, donde las mujeres que viven en pobreza, en áreas rurales, con empleos informales o que son refugiadas enfrentan mayores barreras para acceder a alimentos.
El cambio climático agrava esta crisis. Sequías, inundaciones y otros fenómenos extremos obligan a muchas mujeres a recorrer mayores distancias para conseguir agua o comida, aumentando su carga de trabajo y afectando su nutrición. Además, las políticas agrícolas y financieras suelen ignorar estas desigualdades estructurales, perpetuando el ciclo de pobreza y malnutrición.
Esta realidad no es tan lejana en España como podría parecer. Aunque las circunstancias son diferentes, los desafíos estructurales persisten: las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de los cuidados, sufren una brecha salarial significativa y enfrentan mayores dificultades para acceder a puestos de liderazgo. Muchas mujeres en España también experimentan inseguridad económica, especialmente aquellas en empleos precarios o en riesgo de exclusión social.
Por ello, el 8M es un recordatorio de que necesitamos políticas públicas, educación con perspectiva de género y, sobre todo, una transformación cultural que nos permita imaginar un futuro distinto. No queremos felicitaciones, queremos derechos garantizados. Porque hasta que ser mujer no implique desventajas estructurales, seguiremos marchando.
HORÓSCOPO
Como signo de Aire, los Geminis son sociables cariñosos y divertidos. Son buenos conversadores y tenaces en sus planes y objetivos, con un punto de despiste. Pero, por la dualidad de su origen zodiacal, también pueden ponerse intensos de repente y obsesionarse con racionalizar todo lo que les rodea.