Hora de retirarse

La polémica gran duquesa Teresa de Luxemburgo dice adiós al poder: desahucio y recorte en gastos, así va a ser su jubilación

Con la inminente abdicación del gran duque Enrique de Luxemburgo, él y su esposa se apartarán de la primera fila para adquirir un papel más discreto en la corte.

La gran duquesa María Teresa de Luxemburgo prepara su jubilación. / gtres

Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

A finales del año pasado, el gran duque Enrique de Luxemburgo anunciaba que el 3 de octubre de 2025 abdicará y serán su hijo primogénito, el príncipe Guillermo , y su esposa la princesa Estefanía, de origen belga, quienes pasarán a estar al frente del único Gran Ducado que queda en el mundo y que tiene una de las mayores rentas per capita del planeta. Esto supondrá que Enrique y su esposa de origen cubano, la polémica María Teresa Mestre , comenzarán su jubilación dorada

«Para la mayoría de los ciudadanos de mi generación ha llegado el momento de dar un paso atrás, de retirarse. Es un proceso natural que tiene su razón de ser y que también se aplica a mí. Durante la última fiesta nacional, anuncié el nombramiento del príncipe Guillermo como lugarteniente-representante. Hoy, a la Gran Duquesa y a mí nos complace anunciar que el príncipe Guillermo y la princesa Estefanía serán nuestros sucesores», aseguró el todavía ocupante del trono en su discurso de Navidad.

Para empezar, esta decisión supondrá para los Grandes Duques eméritos, una notable reducción en su carga de trabajo. Con 69 años él y 68 ella, el año pasado Enrique participó en compromisos reales un total de 105 días, mientras que su esposa tuvo en su agenda oficial 85 días de citas oficiales.

La jubilación de la gran duquesa también supondrá en principio un considerable ahorro para las arcas reales, al menos en materia de ropa. Según las cifras del portal UFO no more, María Teresa fue la tercera royal europea que más dinero gastó en moda durante 2024. Este blog estima en más de 175.000 euros el valor de las 193 prendas diferentes que lució a lo largo del año pasado. Una clasificación que, por cierto, sigue dominando sin rival año tras año la princesa Charlène de Mónaco .

La gran mudanza de María Teresa de Luxemburgo

El relevo en el trono de Luxemburgo también significará que los grandes duques Enrique y María Teresa abandonarán su actual residencia en el palacio de Colmar Berg. Así lo aseguró el monarca en una reciente entrevista con la revista francesa Paris Match, a pesar de los previstos planes de construir una ampliación en el castillo principal de la familia real para alojar allí al príncipe Guillermo y su familia.

El príncipe heredero, que actualmente reside en el castillo de Fischbach, había asegurado que quería criar a sus hijos junto a la princesa Estefanía en un «ambiente íntimo y familiar, moderno y acogedor». Pero como es tradicional que el soberano en ejercicio viva en Colmar Berg, se trasladarán allí una vez accedan al trono.

Los grandes duques de Luxemburgo y su marido, una pareja no ajena a las controversias. / gtres

Así las cosas, Enrique y María Teresa realizarán un adecuado intercambio de palacios y serán ellos los que se trasladen a Fischbach cuando se jubilen, como ya hiciera el anterior soberano, el Gran Duque Jean , tras su abdicación. La residencia real de verano en Cabasson, al sur de Francia, también se cede tradicionalmente en el momento de la sucesión, pero el Gran Duque Enrique declaró con buen humor a la mencionada revista que confía en que su hijo les permita visitarla de todos modos.

Protagonista de numerosas polémicas a lo largo de los años y convertida en persona non grata para muchos de los empleados de palacio, a buen seguro a María Teresa Mestre, descendiente por línea materna del rey Fernando I de Castilla, le costará alejarse de las esferas de poder.

Las inquietudes sociales de la Gran Duquesa

A la espera de conocer sus primeros pasos como emérita, es probable que la royal dedique aún más tiempo a la que ha sido siempre una de sus grandes pasiones: las fundaciones benéficas. Su matrimonio con el Gran Duque Enrique no solo avivó su interés por las labores humanitarias, sino que le proporcionó una nueva plataforma para impulsar el trabajo que ya venía realizando con jóvenes con problemas de aprendizaje, como su hijo Luis, al que diagnosticaron dislexia a los diez años.

Desde 1997 es Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO y utiliza su voz para promover la educación de mujeres y niños en todo el mundo. Al igual que Máxima de Holanda , apoya los microcréditos como una oportunidad para ayudar a los menos afortunados a mejorar su situación financiera y es miembro activo del proyecto Romper el ciclo de pobreza de las mujeres en Bangladesh, India, Nepal y Pakistán. A pesar de su miedo a volar, la Gran Duquesa ha viajado por todo el mundo en apoyo de proyectos humanitarios.

Lejos del trono también podrá dedicar más tiempo a pasear a sus queridos perros de raza yorkshire y a disfrutar de otras aficiones como el esquí, el patinaje y los deportes náuticos. De joven practicó danza clásica durante 18 años y aunque ya ha colgado las zapatillas de baile, le sigue gustando cantar y tocar la guitarra.

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