La conversación más dura que la infanta Cristina ha tenido con sus hijos después de su divorcio de Iñaki Urdangarin

Las entradas y salidas del Palacio de la Zarzuela de la familia real que allí habita no deja lugar a dudas: la reina emérita Sofía disfruta de una buena salud evidente, sin que apenas haya tenido percances médicos a sus 83 años, pero ha de sufrir la enfermedad irremediable de su hermana Irene. Siempre acompañada de la infanta Cristina , la hemos visto en su silla de ruedas en bodas recientes, aún con ánimo para presenciar los momentos más felices de sus sobrinos recién casados, Nicolás y Teodora. Su situación, sin embargo, parece haber cambiado.

Aunque el silencio de la familia del rey es absoluto, comienzan a filtrarse informaciones que delatan la creciente preocupación de los Borbón por la salud de Irene de Grecia . Sabemos que sufre la enfermedad de Alzheimer, una dolencia degenerativa que conlleva la pérdida de la función cognitiva, o sea, de la habilidad para pensar, recordar y razonar, y del deterioro del comportamiento y las habilidades sociales. Evidentemente, la vivencia de esta circunstancia en las familias es durísima.

Ha sido El confidencial digital el medio de comunicación que ha avanzado las filtraciones que confirman la irreversibilidad del estado de Irene de Grecia y, también, «que su tiempo es limitado». Debemos sorprendernos, una vez más, de que detalles tan íntimos acerca de la familia más protegida del territorio nacional se deslicen, hasta el punto de conocerse que la infanta Cristina ha mantenido una conversación con sus hijos al respecto de su tía abuela. Es, probablemente, la más dura que haya tenido que mantener con ellos, al margen de su divorcio de Iñaki Urdangarin.

Siempre según las informaciones de este medio digital, los profesionales de la salud que atienden a Irene de Grecia habrían informado a la familia que la enfermedad neurodegenerativa que sufre (se sobreentiende que es Alzheimer, aunque no se ha confirmado evidentemente este punto) ha entrado en su tramo final. Siempre según este medio, la expectativa de vida se reduce a dos años, razón por la cual la infanta Cristina habría querido hablar con sus hijos, para que se preparen de cara a unos meses emocionalmente duros.

Cabe pensar que toda la familia, tanto el rey Felipe como sus dos hermanas, se volcarán estos meses en acompañar a la reina emérita Sofía en este tramo final de la vida de Irene de Grecia . Aunque su matrimonio con el rey emérito Juan Carlos ha de considerarse el acontecimiento más importante de su biografía, en realidad es su hermana la que puede considerarse su compañera de vida fundamental. No se separan desde los años 80, cuando Irene se mudó al Palacio de la Zarzuela.

La infanta Cristina habría querido hablar con sus hijos, prepararles para los duros momentos que se avecinan en los próximos meses. La conversación, siempre según las filtraciones a las que nos estamos refiriendo, se habría mantenido en Ginebra y de manera presencial, cosa que subraya la gravedad de este trance para el clan Urdangarin Borbón, probablemente el más conectado a la familia real griega y, sobre todo, a Irene de Grecia y Dinamarca.

Algunos detalles dan cuenta de esta especial conexión de la infanta Cristina con Irene de Grecia, el más expresivo el hecho de que llamara a su único hija Irene, en homenaje a su querida tía. En febrero de 2023, durante el funeral del rey Constantino, el único hijo de Pablo y Federica de Grecia, vimos cómo la infanta Cristina llevó permanentemente de la mano a su tía, haciéndose visible como un sostén emocional importante dentro de la familia. Este gesto se ha repetido en las ocasiones en las que las hemos visto en público, como en su visita a la capilla de los Alabarderos en el Palacio Real de Madrid, en la Semana Santa de 2024.

Aunque Irene de Grecia lleva décadas residiendo en España, su figura continúa siendo la de una desconocida. La hemos visto acompañar a la reina emérita Sofía en multitud de actos oficiales, sobre todo a conciertos de música clásica que disfruta tanto como su hermana, pero su personalidad no ha trascendido, más allá de su inclinación por la meditación, el veganismo y la solidaridad. La tía Pecu (así la apodaron sus sobrinos, al considerarla «peculiar») se resguarda en el misterio tanto como la reina Sofía.

Se han deslizado, no sabemos con qué grado de fiabilidad, algunos parecidos razonables en el carácter que nos dan pista sobre la sensibilidad de Irene y Sofía. Dicen que la reina emérita es la que más se parece a su padre, el introvertido y flemático rey Pablo, mientras que el carácter de Irene se asemeja más al de su madre, la indomable reina Federica.

En la siguiente generación, es el rey Felipe quien ha heredado el talante más circunspecto de su abuelo y su madre, mientras que la infanta Cristina sería la depositaria del genio vivaz de su abuela y su tía. Como sabemos, a la infanta Elena le corresponde casi en exclusiva el gen Borbón del rey emérito Juan Carlos.