La reina Letizia controla al milímetro las fotos, tanto las que se deja hacer como las que hace a sus numerosas fans. /
Una Semana Santa más, las vacaciones que disfruta la familia real en estos días de Pasión son absoluto secreto. La reina Letizia ha logrado mantener al margen de ojos indiscretos prácticamente todo su tiempo de asueto, algo meritorio si nos detenemos en la política de otras casas reales que informan puntualmente de los desplazamientos de sus royals. Digámoslo de otra manera: las desapariciones de los Borbón Ortiz cada vez se justifican menos y se persiguen más.
El vacío de información la respecto de las idas y venidas del jefe de Estado y su familia puede objetarse desde múltiples aspectos y justificarse desde otros tantos. El argumento más convincente tiene que ver con la seguridad de la familia real y con el deseo de privacidad de Letizia y sus hijas , asediadas por paparazzi y periodistas del ramo. Ese es el motivo, dicen, de que no sepamos dónde veranean ni en agosto ni en diciembre ni en abril. Aunque, para disimular, concedan alguna aparición sorpresa.
La Semana Santa de los Borbón discurría tradicionalmente en Palma de Mallorca, aunque hoy solo la reina emérita Sofía cumple con su cita con la capital balear. Como sabemos, la familia del rey acude ahora a Abu Dabi, donde reside el rey emérito Juan Carlos. No sabemos si el rey Felipe, la reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía viajan, aunque en los últimos años han dado la sorpresa al acudir a alguna procesión, en las localidad de Chinchón (2023) y en la Gran Vía de Madrid (2024).
Cronistas reales y periodistas de guardia están ya en alerta ante una posible aparición de los reyes Felipe y Letizia ante algún paso procesional , acaso en Valencia, la comunidad autónoma que han favorecido con su presencia desde que ocurriera la tragedia de la DANA. Pero, de nuevo, nada está negro sobre blanco. Quizá este año no aparezcan, ya que la princesa Leonor está embarcada en el Juan Sebastián Elcano y la infanta Sofía disfruta de sus últimas vacaciones como bachiller y menor de edad.
Pero volvamos a las desapariciones de Letizia y familia, símbolo de la numantina defensa de la Reina a la privacidad de los Borbón Ortiz. Prácticamente desde 2014, cuando fue proclamado el rey Felipe VI, su consorte defendió la separación entre la vida privada y la pública, un extremo polémico por reducir las tareas de representación a un trabajo. Con ello, se ignora la posibilidad de que la monarquía consista, precisamente, en la elevación a rango institucional de los vínculos familiares.
Con el tiempo, hemos visto cómo la Reina lograba su propósito y la vida privada de su familia ha ido quedando absolutamente al margen incluso de la familia del Rey. Desconocemos absolutamente ocio, vacaciones, tiempo libre, fiestas, cenas, amistades. Indudablemente, poco tienen que ver con las publicitadas salidas a los cines de Madrid de Felipe y Letizia, otro señuelo que ya se ha convertido en tradición. O sus visitas en solitario a Biocultura, otra salida más que orquestada.
La infanta Sofía ya está de vacaciones escolares, pero en paradero desconocido. /
Es cierto: sumergidos en la vorágine que implica seguir a la familia real es difícil tomar distancia para tratar de entender si los Borbón van o vienen. De hecho, últimamente lo fácil es terminar noqueados ante tanta foto robada, aparición sorpresa y anécdota insospechada. ¿Cómo ponerse analíticos cuando un día aparecen fotos en bikini de Leonor , al otro el Rey da un discurso totalmente quemado por el sol , y al siguiente la reina Letizia aterriza en el barrio madrileño de Tetuán armada con tablet y móviles?
Cómo entender que Letizia, una verdadera maestra en la tarea de salvaguardar el secreto de cada uno de sus movimientos, se haya dejado 'pillar' a plena luz del día, vestida de calle y supuestamente en dirección a un centro de belleza. Cómo creer que el rey Felipe, experto esquiador y habitual en las pistas desde su niñez, se haya olvidado por primera vez la protección solar para aparecer bien quemado precisamente este mes. Y qué decir de las fotos en bikini de la princesa Leonor: ¿acaso no pudo Zarzuela evitar que se publicaran, comprándolas por la desorbitada suma que pedía el fotógrafo y que ninguna publicación satisfizo?
Algo pasa en Zarzuela cuando pasamos de ver a los Reyes y sus hijas únicamente en actos de su agenda oficial, a contemplarles en situaciones francamente extraordinarias.