La reina Letizia no ha hecho su esperada aparición de Semana Santa este año. /
Había tensión informativa ante la posibilidad de que los reyes Felipe y Letizia repitieran el plan de 2023 y 2024. Y, de hecho, podría haber sido la guinda de una Semana Santa con récord de royals presentes en las tradicionales y cada vez más espectaculares procesiones. Desafortunadamente no pudo ser, quizá porque las fuertes lluvias, casi un vendaval, obligaron a suspender la procesión de La Soledad, la última oportunidad de contemplar a los monarcas a los pies de un paso, como dos madrileños más.
Si Letizia tuvo en agenda presenciar el paso de La Soledad en alguna calle madrileña, la lluvia dio al traste con sus deseos. Ese debía ser el plan inicial de la Reina, pues no se pudo reconducir a la solución que encontró la Real e Ilustre Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo para compensar en lo posible a los fieles. Finalmente, se mantuvo el encuentro de La Soledad con el Cristo Yacente frente a la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava y la cantaora Rocío Luna cantó allí mismo la última saeta de la Semana Santa.
No es baladí subrayar la manera en la que los reyes Felipe y Letizia han vivido las procesiones en los últimos años. En 2023, los monarcas realzaron el Sábado Santo en la localidad madrileña de Chinchón, donde se celebra una representación teatral de la Pasión de Cristo desde hace más de medio siglo. En 2024, presenciaron la procesión del Encuentro en la Iglesia de las Calatravas, en plena calle Alcalá de Madrid. En ambas ocasiones, acudieron acompañados de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
En realidad, lo sustancial de estas apariciones de los reyes Felipe y Letizia y sus hijas es la forma: vestidos de manera totalmente informal, la familia real se coloca a pie de calle, como cualquier otro ciudadano, sin ocupar un espacio privilegiado o principal ni recibir honores. Evidentemente, su intención no es reclamar simbólicamente ninguna procesión, sino subrayarla con su callada presencia. Es de agradecer que respeten tan al pie de la letra la esencia popular de esta celebración religiosa.
Esta decisión de ocupar un plano lo más discreto posible contrasta, sin embargo, con otras apariciones de royals en distintas procesiones de la Semana Santa nacional. Aunque, es cierto, algunas cofradías mantienen una relación especial con algunos miembros de la aristocracia española que justifica un protagonismo especial de unos apellidos muy concretos. Es el caso de la familia Alba , muy vinculada a la hermandad de los Gitanos.
Una representación nutrida de la Casa Alba salió a la puerta del palacio de las Dueñas durante la Madrugá de Sevilla, al paso de la Macarena. Es ya tradición que los cofrades entonen una saeta en recuerdo de Cayetana Fitz-James Stuart. La recordada duquesa prestó el dinero que permitió la restauración integral del templo del Cristo de los Gitanos, que alberga las imágenes del Cristo de los Gitanos y la Virgen de las Angustias, y, además, donó unos terrenos a la cofradía.
Uno de los momentos más entrañables que nos ha dejado la visita de SM Doña Sofía, ha sido la entrega de un pin de los Armaos por parte de uno de sus miembros. #MadrugáMacarena pic.twitter.com/lPge6NmXxb
Hermandad de la Macarena (@Hdad_Macarena) April 18, 2025
Allí estuvieron los duques de Huéscar, Fernando Fitz-James y Sofía Palazuelo; Eugenia Martínez de Irujo, su hija Tana , el novio de esta y Narcís Rebollo, pareja de la duquesa de Montoro; y también Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan, a las puertas de su boda. Este año, Eugenia fue la encargada de dar la Levantá del Cristo de los Gitanos, mientras que Fernando hizo lo propio en el paso de la Virgen de las Angustias.
La reina Sofía también quiso vivir la Semana Santa sevillana , 40 años después de su última visita al Jueves Santo de la capital hispalense. Visitó la la parroquia de Santa María Magdalena, el santuario de Los Gitanos, donde conoció a los Armaos de la Macarena, y se acercó a la Hermandad De La Esperanza De Triana, una de las imágenes marianas más veneradas de la ciudad.
La reina Sofía, visiblemente emocionada, aprovechó para rezar ante el Cristo de las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Esperanza, y disfrutó de una salve a la Virgen. «En todas las casas que visitó fue agasajada con muestras de respeto, medallas y otros obsequios en recuerdo de las hermandades», relataron las distintas crónicas locales, publicadas entre otros, en el ABC de Sevilla.
También ocuparon un lugar de honor las dos jóvenes 'royals' que engrosaron la nómina de miembros de la familia Borbón aficionados a las procesiones de Semana Santa. Irene Urdangarin contempló desde el palco de autoridades la procesión del Cristo de la Buena Muerte en Málaga, solo un paso por detrás del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, y el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre.
Su prima Victoria Federica de Marichalar asistió el Jueves Santo a la la procesión del Cristo del Amor, una hermandad en la que sus abuelos maternos ocupan lugares destacados: el rey emérito Juan Carlos es Hermano Mayor Honorario y la reina emérita Sofía, Camarera Mayor. Como privilegio, la hija de la infanta Elena hizo sonar la campana que marca el paso a los costaleros que portan la imagen.