Doña Sofía de Grecia y España, junto a su madre, la reina Federica. /
La princesa Catalina de Grecia y Dinamarca es, sin duda, una de las princesas griegas más desconocidas. Era la hija menor de los seis que tuvieron el rey Constantino I de Grecia y la reina Sofía, princesa de Prusia. Sus hermanos fueron el rey Jorge II de Grecia, la reina Elena de Rumanía, el rey Alejandro I de Grecia, el rey Pablo I de Grecia, padre de la reina Sofía , y la princesa Irene, duquesa de Aosta, que también fue brevemente reina de Croacia.
Nació, en el palacio Real de Atenas el 4 de mayo de 1913, después del asesinato de su abuelo, el rey Jorge I, ese mismo año, y entre sus padrinos figuraban su abuela, la reina Olga de Grecia , la reina Alejandra de Inglaterra, el rey Jorge V de Inglaterra y su tío, el káiser Guillermo II. Sus primeros años coincidieron con el caos de la I Guerra Mundial.
Creció en el Palacio de Tatoi, que fue incendiado en 1916, cuando tenía tres años, y Catalina tuvo que ser rescatada por su madre, la reina Sofía, que la puso a salvo caminando dos kilómetros con ella en brazos. Poco después, la familia real, a la que se consideraba germanófila, partió al exilio, en 1917, y su padre perdió la corona a favor de su hermano, el rey Alejandro, convertido en un monarca títere.
Su padre, el rey Constantino I, recuperó el trono en 1920, pero abdicó dos años después, un año antes de fallecer, y dejó el trono en manos de su hijo, Constantino II. La familia real se estableció en Italia, primero en Palermo, Sicilia, donde murió el rey, y, en 1924, en la Villa Esparta, en Florencia, donde vivía también exiliada su hermana, la reina Elena de Rumanía. La princesa Catalina era prima del duque de Edimburgo, de la princesa Marina, esposa del príncipe Jorge de Inglaterra y duquesa de Kent, y del príncipe Miguel de Grecia, y tía de la reina Sofía de España, del rey Constantino II de Grecia y de la princesa Irene.
Catalina se educó con una «gobernanta» inglesa y luego en varios internados británicos, primero en Broadstairs y luego en North Foreland Lodge, en Kent. Fue una de las damas de honor de la boda del príncipe Jorge, duque de Kent , y de su prima, la princesa Marina de Grecia, en 1934. Cuando la monarquía griega fue restaurada, en 1935, Catalina regresó a Grecia con su hermano, el rey Jorge II.
Al estallar la II Guerra Mundial, se unió a la Cruz Roja griega, aunque la familia real tuvo que exiliarse de nuevo cuando las fuerzas del Eje invadieron el país, en 1941. Trabajó entonces como enfermera en un hospital en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, cuidando a soldados ciegos.
En 1946 viajó a Inglaterra, donde su hermano, el rey Jorge, vivía exiliado. Fue durante el viaje, en el transatlántico RMS Ascania, que había partido de Egipto, cuando conoció a su futuro marido, el mayor Richard Campbell Brandam, un oficial de la Artillería Real Británica, que regresaba de permiso tras servir en la embajada británica de Bagdad, en Irak. A las tres semanas se comprometieron.
La princesa Catalina de Grecia y su esposo, Richard Campbell Branda. /
El compromiso de la princesa Catalina se anunció en febrero de 1947. La boda, con una ceremonia anglicana y otra ortodoxa, se celebró en el Palacio Real de Atenas en abril, a pesar de la repentina muerte de su hermano, el rey Jorge II, tres semanas antes, una muerte que puso el trono en manos de Pablo I, padre de la reina Sofía.
La pareja pasó la luna de miel en Grecia y luego volvió a Bagdad y, al regresar a Inglaterra, donde se establecieron, fijaron su hogar en una de las exclusivas casas de Eaton Square, en Belgravia, aunque luego se instalaron en el campo, en Marlow, Buckinghamshire. Catalina se convirtió en Lady Brandram, tras el otorgamiento del rango de hija de un duque por parte de Jorge VI de Inglaterra.
Pocas semanas después, acudieron a la boda de su primo Felipe con la princesa Isabel, en 1947. Catalina tuvo una muy cercana relación con la familia real inglesa, así como con la griega. Continuó asistiendo a eventos reales hasta la década de 1960, incluida la boda del príncipe Juan Carlos de España y de la princesa Sofía y las celebraciones del centenario de la monarquía griega, en 1963 o la boda de Pablo de Grecia y Marie-Chantal Miller , en 1995, aunque siempre estuvo fuera del ojo público. Una de sus últimas apariciones fue en la misa de acción de gracias por el 80 cumpleaños del duque de Edimburgo en 2002.
La princesa Catalina de Grecia asistió a la boda de Juan Carlos I y doña Sofía en 1962. /
En sus últimos años, Catalina se unió a Constantino de Grecia y a la princesa Irene en la reclamación de las propiedades que habían sido confiscadas por el Estado a la familia real griega, tras la abolición de la monarquía, en 1974. Tras acudir ante la corte europea de derechos humanos, l a confiscación fue abolida, en 2002.
Catalina y Richard tuvieron un hijo, Richard Paul Brandram, que falleció en 2020 y con el que la reina Sofía siempre tuvo contacto (era la madrina de una de sus hijas). Catalina llevó una vida tranquila en Gran Bretaña. Fue la última bisnieta de la reina Victoria en fallecer, el 2 de octubre de 2007. Tanto ella como su marido fueron enterrados en el cementerio de Tatoi.
Su mansión de Belgravia, una lujosa casa-palacio de seis plantas y 1.000 metros cuadrados, molduras doradas y baños de mármol, salió a la venta en marzo de 2023, según contó la revista Tatler, que publicó varias fotografías de su interior, lleno de muebles históricos y obras de arte.