Los errores de protocolo del funeral del papa Francisco: transparencias, faldas mini y un collar exagerado y polémico

Una etiqueta medida al detalle, un protocolo estricto con años de permanencia y unos invitados de culturas y realidades completamente diferentes han hecho que el funeral del papa Francisco haya sido de todo menos un funeral. Reuniones entre políticos, encuentros sociales e institucionales en el punto de mira y la presencia de miembros de la realeza han generado una expectación que ha robado el protagonismo a lo verdaderamente importante: la despedida oficial del pontífice.

Y uno de los detalles más analizados de esta cita religiosa han sido los looks de los invitados . Y es que, aunque la gran mayoría ha cumplido a raja tabla con el código el código de vestimenta - la reina Letizia ha acertado de lleno con mantilla y broche -, lo cierto es que han sido varios los que han cometido algún que otro error de protocolo. Melania Trump , Matilde de Bélgica o Silvia de Suecia han sido algunas de las que han fallado. Te contamos por qué.

Según las indicaciones del Vaticano, el protocolo para este tipo de actos va mucho más allá del luto y el conocido color negro. Este código de vestimenta establece que en funerales tradicionales católicos los caballeros deben usar traje y corbata negra o en colores oscuros. Es decir, sí están aceptados tonos como el azul marino, como han elegido el príncipe Guillermo o el ministro Félix Bolaños.

Por otro lado, siempre que sea sobrio y acorde con la solemnidad del acto, también existe la posibilidad de acudir con el uniforme militar. Representantes oficiales que pertenezcan a las fuerzas armadas pueden lucir el uniforme de gala. Es el caso del rey Felipe, quien ha preferido el traje oscuro con corbata negra mucho más discreto. Además, en el caso de los monarcas, es habitual el uso de condecoraciones o insignias nacionales, siempre que no sean ostentosas.​

Por su parte, las mujeres, deben ir con vestido largo negro -nunca por encima de la rodilla-, sobrio, de mangas larga y cuello cerrado y sin adornos brillantes. De hecho, se apuntaba también que las únicas joyas permitidas eran las perlas, para evitar piezas ostentosas y demasiado llamativas. Se aclara también que es obligatorio el zapato cerrado y las medias negras y que asimismo, tanto el peinado como el maquillaje deben ser discretos.

Por otro lado, el vaticano aclara que las reinas, jefas de Estado, políticas de alto rango o primeras damas deben hacer uso de mantilla negra. Además, la tradición dice que las reinas de países de tradición católica pueden llevar mantilla con peineta o teja en el entierro de un papa -como ya hizo la reina Sofía en el de Juan Pablo II-, aunque no es obligatorio y se puede sustituir por un tocado. La reina Letizia ha preferido prescindir de este accesorio y ha escogido solo la mantilla con una diadema fina y casi invisible.

Por último, es necesario aclarar el uso de gafas de sol. A pesar de que son muchos los que han hablado que se trata de un accesorio no adecuado en un funeral, las indicaciones del Vaticano recomiendan su empleo ante la exposición directa al sol durante un par de horas sin posibilidad de movimiento. Es decir, no para entrar y salir de la basílica, pero sí durante la ceremonia, donde el sol incidía de manera directa.

Una estricta normativa que tiene como objetivo mostrar respeto ante el fallecimiento del papa y que evita que un acto solemne se escojan prendas que pueden ser interpretadas como una falta de respeto hacia el fallecido. Ahora bien, ¿han cumplido todos con este código de vestimenta? Sí, pero con matices.

María Teresa de Luxemburgo ha sido una de las invitadas más criticadas no solo por asistir con la cabeza al descubierto, sino también por hacerlo con un vestido camisero con mangas transparentes y escote en forma de pico. Por otro lado, no son adecuados los tacones con el detalle dorado ni el cinturón XL.

La reina consorte de Suecia cumplió a raja tabla el protocolo, sin embargo, ha sido algo comentado el collar elegido para la ocasión. Este era una pieza llamativa de brillantes que se llevaba todo el protagonismo -a pesar de la gran mantilla- y que debería haber sido más discreto.

La representante de la Unión para Asuntos Exteriores y vicepresidenta en la Comisión Europea cumplió con el luto, la sencillez y austeridad, pero cometió el error de escoger una falda por encima de la rodilla, mucho más corta de lo que dicta el protocolo.

Los Biden demostraron una vez más que lo de los funerales no es lo suyo. Después de ser criticados en el último adiós a Isabel II, el expresidente de los Estados Unidos y su mujer han vuelto a fallar. Él con corbata azul demasiado clara, ella apostando por un dos piezas con botones joya nada apropiados y una falda con un largo al límite de lo permitido.

El presidente de EE.UU. volvió a hacer de las suyas y no quiso pasar desapercibido entre la multitud escogiendo un traje de un azul brillante y más claro de lo establecido. Era fácil encontrar el político entre la muchedumbre de color negro. Por su parte, Melania acertó y escogió un look correcto, sin embargo, no se quitó los guantes de encaje para saludar dando la mano al resto de asistentes. Sí, error.

Ni la falda por encima de la rodilla ni la chaqueta de encaje con lazada ni los labios rojos. El look de la vicepresidenta primera del Gobierno ha sido un despropósito y un auténtico error. La política se olvidó de la sencillez y la discreción que tan poco caracteriza a su armario.

La reina belga fue cuestionada en las exequias de Benedicto XVI por este error protocolario y en el funeral del papa Franciscoha vuelto a llevarlo. Caso omiso a las críticas. Hablamos de este llamativo choker de perlas que los expertos consideran demasiado para una cita como esta.

La mujer de Viktor Orbán, el primer ministro de Hungría, combinó su total look negro con chaqueta y falda midi plisada con una camiseta blanca que quedaba a la vista. Otro error que, aunque no era llamativo, era innecesario y de fácil solución. Además, el velo escogido para cubrir la cabeza no era el correcto y tampoco estaba bien colocado.